Al despuntar el alba del día 24 de septiembre de 1569 un numeroso ejército morisco que había acampado en Lubrín, salía con la intención de poner cerco a la ciudad de Vera.
Lubrín es un escenario clave en la trama de la novela “El último morisco” que saldrá a la venta el día 1 de noviembre.
Aquí abajo dejo un extracto la novela.
“Antón Pareja y los conocedores se encontraron en Vera. El juez de apeo comisionado para la repoblación venía a acompañado por un escribiente, de nombre Luis Ramírez, cuyo aspecto austero correspondía a la perfección con su oficio.
Después de entrevistar a cada uno de los moriscos para cerciorarse de su conocimiento del castellano, salieron hacia Lubrín. Atravesaron un territorio reconquistado por la naturaleza salvaje. En apenas año y medio la maleza había invadido los caminos y muchas de las aldeas por las que pasaban se habían convertido en ruinas donde anidaban culebras y merodeaban todo tipo de animales salvajes. Encontrar agua era complicado, pues las acequias se veían cubiertas de vegetación y muchas fuentes estaban secas.
Ante tal desolación, el ánimo de Pareja se fue ensombreciendo. Los repobladores, que en su mayoría procederían de regiones húmedas, iban a necesitar redoblar sus esfuerzos para obtener lo cosechado en su día por los antiguos propietarios. Khalíl, en cambio, se sentía mejor de lo que lo había hecho en mucho tiempo.
En Lubrín los recibieron algunas ratas envalentonadas y decenas de palomas gorjeando desde los tejados. Ascendieron por la calle de San Sebastián y se encontraron las puertas de la iglesia cerradas. Tampoco hallaron señales de cura o sacristán. Atravesaron una pequeña plaza rodeada de edificios de varias plantas. Francisco Jiménez se detuvo ante uno de ellos y se coló por el vano de la puerta, de la que solo quedaba un fragmento podrido. Cuando volvió a salir, Khalíl lo vio limpiarse las lágrimas con la manga de su camisa.
Tres soldados que estaban almorzando en la parte alta del pueblo quedaron muy sorprendidos al ver aparecer a la pequeña comitiva. Pertenecían a la guarnición de Sorbas y solían acercarse una vez por semana a Lubrín, para prevenir que algún bandido se refugiara entre las ruinas. Antón Pareja averiguó que el gobernador del marqués estaba en la villa vecina y hacia allí se encaminaron sin demora.
¿Conocías ese importante evento en la historia de Lubrín?

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El último morisco