Los moriscos fueron los musulmanes españoles bautizados tras la pragmática de los Reyes Católicos del 14 de febrero de 1502. Se considera así a los convertidos al catolicismo, de forma voluntaria, o los que lo hicieron de forma obligatoria a partir de entonces.
A mediados del siglo XVI la población morisca estaba compuesta por unas 325.000 personas (la población española era entonces de unos 8 millones). Solían concentrarse en las tierras más pobres y los suburbios de las ciudades y estaban dedicados fundamentalmente a la agricultura, la artesanía y la medicina.